El sujetador, sosten o brasier es una de las prendas más importantes ya que debe adaptarse a una zona delicada como son los pechos de la mujer. Una de las claves por las que la tecnología de la impresión 3D llego hace tiempo ya al mundo de la moda, fue para intentar crear prendas adaptables y personalizadas. Sin duda alguna, la ropa interior femenina debe avanzar hasta el mundo tridimensional para avanzar principalmente en comodidad.

1.- Los problemas de la adaptabilidad
Hay una premisa que es clara, los pechos de cada mujer son únicos y en estos momentos necesitan adaptarse a sujetadores con medidas muy generales. La industria de la confección sigue utilizando métodos de medición demasiado subjetivos que además varían notablemente de una marca a otra.
Por poner un ejemplo una 90C de la marca de sujetadores Selene seguro que queda diferente a una 90C de sujetadores Intimissimi. La producción en masa nos trae ropa interior femenina en la que es el cuerpo el que debe ajustarse a la prenda y no al revés.
La ingeniera de diseño de moda holandesa Lidewij Vera Arí van Twillert, busca desde hace tiempo cambiar este patrón a través de escaneo en 3D e impresión de un sostén en 3D. Hacer un buen sujetador que se adapte y siente perfectamente es el objetivo de la diseñadora que opina que un sostén suele ser o cómodo o bonito pero nunca ambas cosas se dan, el fin es cambiar esta afirmación.
2.- Creando el sujetador en 3D
Para crear este diseño de sujetador impreso en 3D, se comenzó con la hipótesis de crear un algoritmo que partiría con un escaneado 3D de los pechos de la mujer y aumentando ese diseño hasta buscar una forma ideal de comodidad y ajuste real. Para que esto funcione se deben probar cientos de sostenes y registrar los datos de comodidad y encaje dentro de los senos. Los datos obtenidos crean un protocolo de puntos que crea el algoritmo con el cual se analizara el escaneo en 3D. Todos los puntos y datos crean una estadística que se retroalimentara por cada dato o punto de mas obtenido. La Inteligencia Artificial dirigirá este algoritmo para dar el resultado final del sujetador personalizado.
El diseño actual del sujetador es una composición de 32 piezas de diversos materiales. El elemento del sostén impreso en 3D se denomina «curvearis«, fabricado por Shapeways en Nylon utilizando la técnica de impresión sintetización selectiva por laser (SLS). Las telas del sostén son cosidas en taller con tejidos suaves y cómodos. El escáner utilizado es un 3D Artec de mano.
3.- Ventas y confección a gran escala
Van Twillert comenzó en 2018 con esta idea para llegar a crear el mejor sujetador de ajuste y sensación de comodidad del mundo. En estos momentos cuenta con 30 clientes entre Bélgica y Países Bajos y el objetivo es empezar a diseñar y confeccionar a gran escala. Un sujetador está tardando ahora mismo en fabricarse 3 días, su precio oscila entre 595-895 € y tiene un tiempo estimado de entrega de 6 a 12 semanas. Evidentemente lo podemos denominar como un artículo de lujo.
El director comercial de Ari Van Twillert con sede en Reino Unido deja una cosa clara, había que dar gran calidad y buen resultado sobre todo en los comienzos. Al no tener un referente comercial, Van Twillert ha tenido que ajustar tiempo y precios hasta dar con ajuste correcto en función del diseño, tiempo y logística de la fabricación de cada pieza. El resultado es el que comentábamos antes, la calidad manda y pasada la primera etapa, es hora de pensar en mayores producciones.

Un elemento importante es la sostenibilidad del proyecto, cada sujetador es único y costes en materiales o desecho son mínimos. También es reciclable, ya que el componente «curvearis» que es la pieza principal, puede reutilizarse para rehacer un nuevo sostén cuando las telas estén desgastadas. Contando con una gran calidad inicial, podemos decir que tendremos un sujetador para toda la vida.
Fuente: Forbes | Imagenes: AriVanTwillert